La paridad, el protagonismo de las mujeres en las decisiones y la igualdad como forma de vida y de acción política, ha sido, es y será, objetivo y bandera del socialismo. No vamos a sacar pecho por algo que venimos haciendo en la provincia de Cáceres y en Extremadura desde hace años. No en vano, presidencias, consejerías, listas electorales, direcciones generales, concejalías y secretarías generales están ocupadas, en igualdad, por socialistas capaces, luchadoras y feministas.
Que el gabinete de Pedro Sánchez tenga más ministras que ministros nos reconforta, porque en Extremadura también tenemos su equivalencia en más consejeras que consejeros y no es un dato menor, sino una profunda convicción que se planta ante los numerosos casos de machismo dentro de un patriarcado que intenta maquillar su indudable decadencia con formas más sutiles, pero igual de aberrantes.
Que artículos en los medios -más reaccionarios unos que otros- hablen de la figura, el rimen o el guardarropa de las compañeras en el gobierno del PSOE, y que alguno de esos artículos estén firmados por mujeres que se prestan a humillarse ante el conservadurismo de este país, nos reafirma aún más en los techos de cristal que debemos seguir rompiendo por el bien de nuestra sociedad.
Capacidad, talento, currículum , antecedentes, verbalización, proyectos y estrategias, avalan a las mujeres que el PSOE llama para estar en la vanguardia de los cambios que necesita nuestra provincia, nuestra región, España entera.
Seguimos avanzando hacia una ciudadanía completa en materia de igualdad de oportunidades, justicia social y de visibilización, porque ante el machismo, ante la rabia contenida de la derecha y ante los restos de un patriarcado que nos ha sumido en el atraso y la desigualdad, nuestra opción es más y mejores mujeres en todos los espacios relevantes en los que tengamos capacidad de decisión.
Nos queda mucho camino en materia de igualdad de género, pero también en materia de igualdad social. Profundizar en derechos y garantizar la equidad en oportunidades ante el empleo, la educación, la sanidad y los servicios, está dentro de las prioridades de máxima relevancia para el PSOE.
En este camino persistiremos andando y construyendo, junto a una sociedad que ya respira aliviada, pero también esperanzada ante el cambio político protagonizado por el socialismo que, una vez más, ha dado un paso al frente para ocuparse del destino de un país que pedía a gritos regeneración ante la oleada de casos de corrupción que salpican, día a día, al primer partido de la oposición.
No nos conformamos y ante esta nueva etapa, seguiremos reivindicando lo que la provincia de Cáceres necesita. Nuestras diputadas y diputados así lo harán por mandato, deber y compromiso con toda la población cacereña. Empleo e infraestructuras para seguir avanzando. No vamos a parar hasta conseguirlo, y sí, con mujeres como protagonistas ante los últimos coletazos de un machismo en retirada, como la derecha misma.
miércoles, 20 de junio de 2018
viernes, 8 de junio de 2018
Ibarra y socialismo
Se han escrito ríos de tinta acerca del proceso de construcción de un país, España, que salía de la larga noche franquista y aspiraba a ver la luz de una democracia plena, donde la libertad, la justicia social y la igualdad apagaran definitivamente la oscuridad de la dictadura.
Hay quienes sostienen que los cambios revolucionarios son provocados por una inercia social que converge en la creación de una nueva época, con nuevos valores y, sobre todo, nuevas prioridades. Pues bien, España, hoy podemos afirmarlo, hizo una revolución pacífica pero profunda, una revolución que cambió de pies a cabeza la geografía nacional, Extremadura no fue testigo de piedra en todo este proceso, que hizo posible que hoy nos reconozcamos como una sociedad moderna y justa.
Yo soy de los que creen que sí, que las transformaciones profundas obedecen a un cambio de pensamiento social, pero que, sin el liderazgo oportuno, correcto y visionario, cualquier época puede acabar en todo lo contrario de lo que aspiraba a ser.
Y aquí, en Extremadura, ese liderazgo, ese nombre, el visionario que imaginó una tierra de oportunidades, una tierra que venciera a su pasado y que acabara con su lacrimógena historia de exilio y pobreza, se llamó Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Un socialista cabal, de esos que saben que la política es la herramienta para incluir y abrir las puertas del futuro a los que siempre habían estado marginados, la herramienta para garantizar la igualdad de oportunidades, la herramienta para progresar sin dejar a nadie en la cuneta.
Y vaya que si lo hizo. Sus políticas, en los sucesivos gobiernos que presidió, contribuyeron a que la Extremadura de los jornaleros se transformara en la Extremadura de las ingenieras, los médicos y los maestros. Que la Extremadura de las igualas se convirtiera para siempre en una región de servicios sanitarios ejemplares y extendidos por toda la región. Que la Extremadura de los tópicos se convirtiera en una Comunidad Autónoma preparada para ganar el futuro.
Hoy, a pesar de advenedizos e izquierdistas de salón que quieren reinventar la esencia de la izquierda, las y los socialistas extremeños sabemos que Juan Carlos Rodríguez Ibarra y socialismo, como ejemplo de igualdad, justicia social y visión de futuro, son lo mismo, por eso su nombre y su trabajo por esta tierra serán siempre parte de la historia de España, de Extremadura y del PSOE.
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