sábado, 17 de septiembre de 2016

Extremadura


Morales en Borzas
 Quienes asumimos el mandato de la militancia para dirigir los designios del PSOE en el ámbito que nos compete, estamos obligados a plantear un camino, transitarlo y cumplir los objetivos encomendados. No estamos en el puesto para decir siempre lo que la gente quiere oír, sino para, sinceramente, plantear los retos que debemos superar y contribuir al bien común. Todo lo que no sea un fin colectivo, es un fin sectario y no se corresponde a nuestra historia ni a nuestra esencia ideológica.

Digo esto para recordar que como cada año recordamos y festejamos el a de Extremadura y que esta región no es un proyecto de partido ni tampoco personal. Esta región es una visión de futuro que debe reacomodarse ante las necesidades que nos plantea una época cada vez más compleja y cada vez más competitiva. Aquí no sobra nadie.

El chauvinismo no es un buen lugar desde donde expresar lo que sentimos por Extremadura. Tampoco aporta demasiado el acumular adjetivos que invoquen sentimientos localistas por el mero hecho de haber nacido aquí. Lo que sí es imprescindible, es tener la voluntad de aunar esfuerzos e inteligencia en torno a la idea que tenemos de nuestra región, potenciando a nuestra gente y contribuyendo a la creación de un espacio distinto, amable, progresista e incluyente.

No nos hace falta una escarapela para gritar que somos extremeños. Las huellas en los rostros de nuestros mayores son el mapa de una historia de explotación que 
supimos reconvertir hacia un presente de posibilidades que, dentro de la acelerada dinámica de cambios socioeconómicos, estamos obligados a volver a plasmar en una idea de región que nos lleve con garantías de competitividad a un tiempo que ya está aquí.

Humildemente creo que el mejor homenaje que podemos hacer a nuestra tierra es saber que tenemos un proyecto para su gente, en el que el conocimiento y la innovación jugarán en primera línea para agregar valor añadido a una economía que debe ofrecer vías que potencien lo que tenemos y podemos exponer en el mundo como paradigma.

El mejor homenaje que podemos ofrecer a Extremadura es el diálogo, la paridad, el encuentro entre sectores y partidos para ser todas y todos responsables de nuestra cuota de desarrollo que aportemos al bien común, a la sociedad en su conjunto. Gobernar es, precisamente, pensar transversalmente para incluir en nuestras decisiones a la inmensa mayoría de la población. Es verdad, no son criterios objetivos en sentido literal, sino un cúmulo de decisiones políticas que quieren sumar y multiplicar para que, cada año, Extremadura sea lo que sabemos que puede ser y será.

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