Pasan los meses y con ellos los decretos del Gobierno de Monago, el autoritarismo del PP y las consecuencias reflejadas en la gente de manera dramática. Vivimos momentos de regresión, no sólo en derechos y libertades, sino también en bienestar personal y colectivo, porque una sociedad que carece de la protección necesaria por parte del poder público, es una sociedad cada vez más desigual.
Estuvimos presenciando con indignación y vergüenza ajenas, el Debate de la Región. La hipocresía de Monago y su populismo de derechas, gana titulares periodísticos gracias a una orquestación con precio, pagada no sabemos si con factura o sin ella, pero que intenta burdamente tapar el sol con un dedo.
Chabacano, insolente e irrespetuoso hacia una tribuna que no podía replicarle, el bipolar y acomplejado
Presidente de la Junta de Extremadura, desarrolló su papel protagónico solo por el poder económico de un partido que aspira a esconder la realidad extremeña y barrerla debajo de la alfombra de sus miserias éticas.
Mientras decía que bajaba los impuestos 2 euros por mes –anunciado antes de votarse con la ignominiosa risa de Escobar-, ya nos los había subido 10 euros con el canon del agua; mientras miraba a la cámara, el PP se cargaba 35 mil becas, mientras falseaba datos, la derecha coaccionaba el derecho a pensar en el futuro, mientras Monago bailaba su estupidez teatral ante las retransmisiones, ya estaba preparando, con Rajoy, cargarse el PER, que es uno más de los objetivos de la Reforma Local que planean los dos contra el mundo rural.
Cómplice, en la Diputación de Cáceres, el señor León obedece, le sonríe al espejo de su ineptitud y aplaude las medidas dictadas por quienes piensan que Extremadura y Cáceres deben ser un granero de servicios baratos, una sociedad quebrada y un modelo rural exterminado por los rematadores del Estado, los que aspiran a cobrar por los servicios prestados a las grandes e insaciables empresas.
Se cargan, en el bar del "presi llevas toda la mañana en la tele”, las PYME’s, destrozan la red pública de sanidad, las escuelas y darán su estocada final en retrotraer las pensiones a épocas de Franco. Estafan a nuestros mayores, les golpean a la cara y sacan pecho por un par de euros al mes después de habernos robado el Estado de Bienestar.
Todo ello es fruto de la política neoliberal que comparten Rajoy y Monago, que es la misma, aunque quiera el cónsul extremeño hacernos parecer que nada tiene que ver con la de su jefe Rajoy. Por tanto nada que pueda sorprendernos, lo patético es el apoyo de IU a tanto desenfreno mercantilista y liberal, entendido sólo desde la necesidad e interés personal de aquellos que representan indignamente a un sector de la izquierda.
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