Venimos de unos días tan llenos de actividad como de esperanzas. Días en los que compartimos con la gente la voluntad de cambio que será realidad el próximo 24 de mayo, ni más ni menos que dentro de nueve días.
Poco más de una semana para que se acabe la pesadilla de Monago y su gobierno.
Están nerviosos en el PP y proponen la infamia en vez del debate, proponen el insulto en lugar de articular tres enunciados que, por fin, sean realidad. Su propia burbuja les ha explotado en la cara, con un Monago que asiste insensible a ver cómo agreden a una desahuciada, cuyo único "delito" fue estar acampada frente al chalet de un Monago que no se inmuta, a un Monago que anuncia suspensión de campaña por luto pero que, sin embargo, sigue la campaña en otro repugnante ejercicio de doble moral y un Monago que aprueba la difamación como última bala para su campaña electoral llena de plagios y falsedades.
No fuimos los socialistas quienes lo subimos a un avión más de treinta veces para irse de fiesta a Canarias con dinero público. No fuimos los socialistas los que prometimos devolver el dinero gastado de farra. No, no fuimos los socialistas los que destrozamos el cauce de un río y llevamos el helicóptero del 112 a un acto que, según Cospedal, se hacía en Andalucía cuando estaba en Pinofranqueado.
No, Monago, no. La historia de la inmoralidad fue escrita a pulso por quien con sus conductas hizo del engaño un dogma. Aún estamos esperando el desnudo financiero que prometió Monago y tampoco cumplió. La realidad es que Extremadura sabe y por eso cree, que Guillermo Fernández Vara es honesto y Extremadura entera sabe y por eso cree, que Monago es un mentiroso. Lo dice la gente, no los socialistas.
Estamos a pocos días para que Extremadura vuelva a ser de las personas y para que empecemos a cumplir nuestros retos, planteados para hacer de la política una herramienta eficaz contra la exclusión, la desesperanza y la desigualdad.
El 24 de mayo Extremadura comenzará un nuevo tiempo sin ninguna voluntad de mirar hacia el pasado. Queremos volver a transformar la región para que decididamente el talento se quede en casa y para que lo disfrutemos con un cambio que restaure lo destruido por Monago, pero que sobre todo abra una nueva época para Extremadura con la gente en el centro de todas las decisiones.
No volverá a ocurrir. Nunca más Extremadura estará al servicio de la figura de un megalómano que quiso ser más importante que nuestra tierra. Nunca más se usarán recursos del estado para beneficio y engrandecimiento de un emperador con pies de barro y frente de vergüenza. Ha llegado el momento, ya está aquí, lo sentimos todos y todas, que Extremadura vuelva a ser tuya con la dignidad, el compromiso y el esfuerzo con la que la construimos juntos.
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