lunes, 26 de octubre de 2015

El cortijo de Monago, Caja Rural y su relación con IU

 Miguel Ángel Morales
Cada día nos encontramos con nuevos incumplimientos, con nuevas facturas sin pagar y con nuevos capítulos de la vergonzosa administración que perdió las elecciones el pasado 24 de mayo. Extremadura, gracias a Monago, su pavoneo de chulo de esquina y su equipo de acólitos que hoy le preparan el despido, se ganó a pulso la falta de credibilidad que ahora estamos recuperando a fuerza de cumplimiento de nuestra Agenda del Cambio.

No vamos a mirar para atrás porque Extremadura y su gente necesitan salir adelante rápidamente. Hemos decidido no recortar en las personas y nos importa un bledo el déficit si cumplirlo significa echar a alguien de la escuela o quitarle un trozo de su vida, su casa, o cortarle la luz y el agua a alguien. Tengamos lo que tengamos, nos hayan dejado lo que nos hayan dejado, iremos todos juntos, saldremos todos juntos, avanzaremos todos juntos.

La denuncia del que fuera uno de los hombres más importantes del gobierno del PP, el ex Consejero de Hacienda, Antonio Fernández, es de una gravedad tal que nos moviliza a querer llegar al fondo de la cuestión. La manipulación de la Caja Rural para dejar a Acorex a los mplices de los mayores recortes de la historia extremeña, huele a corruptela.

El Sr. Fernández fue muy clarito y paso a citar: “Dimití por desacuerdo con la vicepresidenta (Cristina Teniente) en lo que había que hacer con Caja Rural. No quería que se hiciese la barbaridad que se iba a hacer: regalarla a otra entidad financiera y dársela a Izquierda Unida para que le sirviese para financiar Acorex.” Fin de la cita.

Evidentemente, después de una denuncia de semejante calado, los y las extremeñas merecen saber qué ha pasado con su dinero. Un gobierno en coalición de pago, como fue el del PP-IU, parece haber utilizado dinero ajeno para fines partidistas, para pagar y cobrar favores que mantenían el cinismo de un gobierno que mentía y arruinaba a Extremadura.

Monago y sus obedientes soldados de entonces –hoy le preparan la última cena- callaron y otorgaron ante el desaguisado que preparó, según ellos, Cristina Teniente. Huele a lucha interna para deshacerse de la primera que ha dejado de creer en el emperador de barro, pero creemos que la responsabilidad es total y absoluta de Monago y de su gobierno que, a excepción del Sr. Fernández, siguió adelante en la compra de voluntades de IU, cuyos dirigentes también deben explicar esta traición a Extremadura y a sus votantes que, no en vano, les dejaron solos.

Así pues, el PSOE quiere saber todo lo ocurrido con Caja Rural, Acorex y las relaciones entre Monago, su gobierno, y algunos adalides del comunismo de salón. Extremadura saldrá adelante con un gobierno honesto y explicando todo lo ocurrido durante el capítulo más bochornoso de nuestra democracia.

lunes, 19 de octubre de 2015

La doble moral del PP de Extremadura

 Pinar de Sierra de GataCuando se plantea la vida como un campo de batalla en el que no importa el precio que debas pagar para derrotar a tu rival, ni la verdad, ni la ética, ni la honestidad  importan, es la ausencia de valores y la deshonestidad las que campan a sus anchas y el relato de tu realidad se plantea como un arma de fuego más, no interesa narrar lo  realmente sucedido, sino vencer dialécticamente a tu oponente. Es exactamente eso, lo que intenta el PP de Extremadura.

Los y las extremeñas deben saber que Monago y su PP dejaron a Extremadura arruinada, a un paso de la intervención y con necesidades urgentes por resolver. Desde la oposición ahora y con un cinismo que por estar acostumbrado a él, no deja de sorprenderme, los señores y señoras del PP se plantan en el atril y pregonan su preocupación por la sanidad y los hospitales que no construyeron, por la educación y las infraestructuras, por las rutas escolares y su reposición paulatina, por el incendio de Sierra de Gata...la confusión con la que quieren intoxicar a la gente con su larga lista de hipocresías nos llena de indignación, como si no hubieran estado en el gobierno hasta hace 3 meses.

Ellos repiten un argumentario que no tiene ninguna relación con la realidad, porque mientras nos exigen despilfarrar lo poco que nos han dejado, abrimos un cajón y vemos que no han pagado a Extremoduro. Mientras se rasgan las vestiduras exigiendo mejoras en la sanidad pública, dejaron caer techos en los hospitales, restaron personal a las plantillas y cerraban Urgencias, mientras se llenan la boca preguntando por infraestructuras educativas, dejaron sin terminar el colegio de Santibáñez el Bajo, por ejemplo. Esto en mi casa se llama doble moral.

La Junta de Extremadura tiene delante de sí retos que no pueden esperar porque la gente no merece pasar más inviernos sin calefacción ni agua. Los niños y niñas deben recibir una educación de calidad y la calidad empieza por restituir servicios, ayudas y docentes.

En Sierra de Gata la Junta aporta 5 millones de euros, mientras Rajoy promete aportar sólo 500 mil euros, porque esto no es Galicia. Aún así estamos trabajando para que Sierra de Gata salga adelante y no lo haremos con fotos falsas y mintiendo, sino con amor por nuestra tierra y esfuerzo sincero.

Estamos aquí para hacer del campo de batalla que plantea el PP, un campo de encuentro, de consenso y, por encima de todo, de soluciones para la gente, porque Extremadura es la gente, no un atril, ni las falsedades que los doblemoralistas de siempre lanzan sobre lo que ellos mismos devastaron. Cuando no se tiene vergüenza, se defiende la gestión de Monago. Nosotros defendemos a Extremadura.

lunes, 12 de octubre de 2015

Occidente y la barbarie


Miguel Ángel MoralesLanzar unas bombas por error y hablar de daños colaterales ante 22 muertos es un eufemismo vergonzoso que no puede remediar la verdad. Bombas americanas asesinaron a 22 personas “por error”… y creen que con disculparse basta. España calla, nada se dice, nada se comenta. No sé qué nos debería dar más asco, si el asesinato o la indiferencia. Yo os confieso: las dos acciones son repulsivas.

Las políticas americanas en Afganistán e Iraq, lejos de contener los antagonismos, aumentaron la brecha entre ricos y pobres a la vez que fomentaron el odio. Fueron los Bush, los Cheney y los lobbies económicos quienes apostaron por invadir, flagelar, humillar y destrozar cualquier intento de cohesión en el mundo árabe, pero eso sí, a cambio enriquecieron a la industria armamentística y controlaron gran parte de las reservas petrolíferas. Pero destrozaron el mundo.

Nuestra incapacidad es inverosímil pero constante. Invadir países para convencerlos de que la democracia es el mejor sistema, no sólo es contradictorio sino además una falsedad. A Occidente, la democracia allí le importa lo mismo que la igualdad y la dignidad laboral aquí. Es hora de decir claro y alto, que el asesinato genera asesinos y que cada muerte es un semillero para el odio y el fanatismo. Los que no tienen nada tampoco tienen miedo a morir y en esa espiral nos extinguiremos.

La gente huye de Siria, niños y niñas como los nuestros. La gente huye de la muerte, del odio y de la miseria. Sus cadáveres flotan en nuestras costas y todo lo que hacemos es poner de moda un hashtag con carga humanitaria. ¿Sólo somos capaces de fingir nuestra solidaridad en las redes o en las misas de los domingos? ¿Tanta pobreza moral tenemos, que calculamos lo que nos queda en el bolsillo para apostar o no por salvar la vida de alguien?

No es a golpe de bombas e invasiones que detendremos a los radicales de ambos bandos. A un lado y a otro de la línea invisible entre países desarrollados y los que están en vías del subdesarrollo, crecen los Le Pen y los Trump. Son hijos de Bush, de la descolonización, del europeísmo más recalcitrante, de la carencia, del darwinismo social. Son hijos del cinismo que calculan a costa del odio. Y cuando los veo, los leo o los escucho pienso que la barbarie está aquí. Nos espera un futuro de más sangre y de más odio.

Necesitamos gobiernos que apuesten por el desarrollo, por la cooperación, por un humanismo transfronterizo que sobrepase la miopía con la que miran los radicalismos al otro. Estamos ante un imperativo histórico de contribuir a que las diferencias nos unan mientras execramos a los que odian. Europa y Occidente no son el centro de la existencia, sino parte de una cultura invasiva que ha ocasionado lo que hoy vivimos. Si no cambiamos rápidamente nuestra forma de entender los conflictos, si no entendemos que la justicia social es lo que detendrá el odio, nuestros hijos vivirán dentro de muy poco tiempo, un mundo en el que la vida, sí, también la de ellos, valdrá cada vez menos. Es aquí y ahora, el humanismo.

lunes, 5 de octubre de 2015

Las respuestas que debe dar el socialismo


Miguel Ángel Morales
Tengo la sensación de que todo cambia y que cambia tan rápido que no somos capaces de relativizar las decisiones que cada momento requiere de nosotros para saber qué hacer, cuándo y hacia dónde ir.

Ante esta sensación de transformación constante, estamos obligados a proyectar un socialismo diferente, a la altura de las circunstancias y de las necesidades de la gente. Un socialismo que apunte al futuro, sin olvidar las raíces que le hacen crecer, pero que no se actualice a golpe de estrategias coyunturales.

No hay banderas que puedan ocultar la realidad. Los errores son varios y se alternan entre concesiones, quizás obligadas, y tics reaccionarios. Es evidente que podemos recurrir al marco legal para detener una consecuencia política, pero el sentimiento exacerbado por unos y por otros, por banderas de aquí y de allí, ha desembocado en una grieta llena de "pros" y "anti".

Imaginarse un país en blancos y negros habla de la mediocridad y del fracaso de la política y de los políticos. ¿En qué alcantarilla se nos olvidaron los valores para construirnos a partir de la potencialidad de nuestras diferencias? Hemos vivido una vida entera mirándonos con desconfianza off the record, hablando catalán en la intimidad o llenando de clase obrera el progreso que sólo se adjudican ellos.

No puedo creer en un país desmembrado, pero tampoco quiero un país desigual, ni autonomías de primera y segunda clase. Es la libertad, la igualdad y también las legítimas diferencias lo que nos une y entre realidades y conflictos tenemos que encontrar la solución para generar, quizás, y subrayo quizás, un nuevo modelo de estado.
La política es el arte de los acuerdos y los acuerdos llegan con el diálogo. El socialismo que necesita España, el que debe proponer una sociedad fuera de las consignas y dentro de lo que queremos ser, requiere valentía y nivel en sus interlocutores para volver a cambiar este país.

No podemos detenernos en frases hechas, ni apelar a la simpatía para resolver complejidades a punto de llevarnos al abismo. Es imposible pensar el futuro sin altura de miras, sin valentía y sin nuestros mejores exponentes. Lo efímero tiene sus razones en la espontaneidad de los actos y cualquier temeridad puede costarnos muy caro como país, como sociedad, como alternativa.

Por tanto, es imposible entender el futuro con ocurrencias del momento. Es imprescindible mucho más y hemos de estar a la altura de la historia de unos tiempos que no serán como los pasados, sino mucho más complejos y dificultosos. Si no entendemos el problema, la solución será peor que el problema.