domingo, 28 de febrero de 2016

Pensar en Madrid es traicionar a Extremadura


Miguel Á. Morales
Es triste ver cómo hay representantes políticos que se convierten en el brazo ejecutor de estrategias artificiales y virtuales que nada tienen que ver con la realidad y la necesidad de los y las extremeñas.

Aunque importante, la negociación en Madrid para la investidura y, lo que es más difícil, el gobierno y sus acuerdos, no tienen nada que ver con la negociación de los Presupuestos regionales que debemos poner al servicio de la gente que más lo necesita.
Alguno que otro, desconocedor absoluto de cómo se trabaja y se componen las cifras dentro de una realidad concreta, nos quiere recordar que estamos en minoría, una minoría que es cierta, pero que representa al 42 por ciento de los votos y que, por tanto es “la minoría” más grande.

Me gustaría saber, en vez de oír la triste y taciturna búsqueda del titular de la gran coalición, qué piensan los representantes extremeños de Podemos de la España que su líder plantea. ¿Es Extremadura una nación o una región? ¿Debemos arrastrarnos ante la supremacía nacional de los independentistas que apoyan a un partido nacido en los platós de televisión? ¿Cuándo irán a Caminomorisco, Malpartida, Hervás o Acehúche a explicarle a la gente que somos sólo una región y no una gran nación como Cataluña?

Estoy seguro que no todos ni todas las diputadas de Podemos en Extremadura piensan lo mismo. Estoy seguro que no todos están por la labor de actuar a partir del dedo mágico del prestidigitador y hacedor de consejos de ministros, de cargos de poder o fotografías mágicas en vez de asumir compromisos reales de trabajo para intentar arreglar la vida de la gente.

Que tomen nota: IU no tiene representación en Extremadura por dar la espalda a sus votantes, Podemos puede seguir el mismo camino si atiende más a los intereses de Iglesias y los nacionalismos patrios trasnochados que a los de nuestros paisanos.

Los Presupuestos de Extremadura deciden si se devuelve el copago a los pensionistas, si los Profesores cobrarán la extra, si los niños tendrán comedor y transporte escolar o si la Renta Básica seguirá siendo pagada. Nada tienen que ver con las Mareas y las Confluencias. Esto es Extremadura.

La gente debe saber que no podemos jugar con ellos y creer que son moneda de cambio de la estrategia que más les interesa según la coyuntura y un nuevo horizonte electoral. Mintiendo a las personas, negándose a la realidad concreta y mostrándose incapaces de pensar primero en Extremadura, la traicionan.

La gente no se merece esto. La gente no se merece que le mientan a la cara y que parezca que defiendan más la presunta plurinacionalidad de nuestro país que la realidad  que vivimos en Extremadura. Si creen en una España de dos velocidades nosotros no. Nosotros creemos en Extremadura y lucharemos por ella.

lunes, 22 de febrero de 2016

Lo importante y lo nauseabundo


Refugiados sirios y Europa
“En suma, se habla mucho del famoso transcurso del tiempo, pero nadie lo ve.”
                                  Jean Paul Sartre

Un país en el que interesa más la dimisión de una política manchada por la corrupción de su partido que la muerte de un niño en la misma orilla de la Europa de las oportunidades, es un país con problemas de salud colectiva.

Creo y realmente así lo siento, exabrupto más o menos, que la indiferencia con la que como sociedad actuamos ante el genocidio por omisión que provoca esta Europa que rescata bancos en vez de gente, nos retrata como sociedad dispuesta a fingir asombros con consignas aprendidas, pero muy poco sensible a la realidad de miles de familias destrozadas, de niños flotando en nuestras aguas y de millones de personas sin futuro.

Me indigna como ciudadano de a pie, que se le dé repercusión de solemnidad a la sarta de mentiras de la aristocrática Aguirre, a la vez que nadie moviliza su esfuerzo para aislar lo importante de lo nauseabundo.

Lo importante es construir espacios para que la gente intente mirar con esperanza un futuro que se niega a concebir soluciones. Lo importante es no andar con matices a la hora de concebir acuerdos que conformen un gobierno de izquierdas porque la verdadera responsabilidad es la de cambiar las cosas para que este sistema y sus fauces no nos sigan usando como alimento para calmar a las fieras del mercado.

Lo nauseabundo, lo que no podemos seguir soportando como población, es la indiferencia ante la muerte, el miedo que desde la derecha y sus portavoces, nos inculcan a la hora de articular ayudas humanitarias y de salvar vidas como la de nuestros hijos e hijas. ¿Qué clase de país seremos si nos olvidamos que fuimos uno en el que la hambruna y la guerra nos hizo refugiados en Francia, México, Argentina y tantos otros destinos?

Lo nauseabundo es convivir con la injusticia y reaccionar desde el sofá y las frías oficinas con un gesto de condescendencia hacia la pobre víctima ocasional. Cada uno de los muertos, cada niño que flota ante nuestro asombro pequeñoburgués, es un capítulo más escrito por la vieja Europa que no reacciona más que ante las crisis económicas.

Debemos reaccionar y ser algo más que consignas balbuceadas por estrategas de plató. Debemos actuar como seres humanos que sienten en carne propia la inmundicia moral con la que algunos y algunas actúan a la hora de salvar la vida de la gente, la de aquí y la de cualquier lugar del mundo, porque para el socialismo no hay fronteras ni trapos baratos que marquen el destino de las personas.

Aprender a distinguir entre lo importante y lo nauseabundo nos ayudará a saber qué tipo de sociedad queremos construir.

lunes, 15 de febrero de 2016

Extremadura a la izquierda


Miguel Ángel Morales y la Igualdad
En estos tiempos en los que algunos eligen difamar, otros representar lo que no pueden y otros justificar lo injustificable, mientras la ciudadanía espera, el socialismo extremeño sigue trabajando como siempre por y para la gente. La realidad construida es incuestionable; pocas lecciones nos pueden dar los que aún están por llegar.

Por ello nos vemos en la obligación de poner un freno a la interminable reconstrucción de la historia cuando lo que en realidad se persigue es ocupar espacios de poder para hacer lo que ya hemos hecho los socialistas y las socialistas en Extremadura.
Nadie nos puede dar lecciones de igualdad porque nuestra bandera ondea con hechos, con paridades, con consejerías y presidencias, con equilibrios, con listas electorales llenas de mujeres y con leyes que han hecho posible que este país dé un salto a la contemporaneidad.

Tampoco nos pueden emplazar cuando sabemos lo que necesita la gente en cada rincón de nuestra región. Entendemos lo complejo de la situación que heredamos y del saqueo de lo público para intentar torcer la historia y reemplazar un modelo de crecimiento equitativo por otro con víctimas colaterales en las cunetas.

No podemos admitir que la discrepancia desemboque en la injuria y en la falta de diálogo. No, no hablamos con otro partido, hablamos con quienes representan a miles y millones de votantes que esperan ser atendidos porque sus problemas y los de nuestros votantes, en líneas generales, son los mismos.

Por tanto, debemos construir una democracia sana, sin vetos ni ataduras, con fluidez en el diálogo y con estrategias colectivas, un modelo social que apunte a cumplir y superar los retos que nos pone este presente atomizado y carente de caminos unívocos.
Necesitamos presupuestar el cambio y poner en marcha las políticas que ayuden a la gente a salir de lo malo y a mejorar lo bueno. Basta de intentar poner a los territorios como trincheras partidistas en lugar de cohesionar con desarrollo e inclusión.

Todo es debatible menos la injusticia y en este sentido, el socialismo extremeño, nos pongan las etiquetas que nos pongan, ha conseguido plasmar en las urnas las propuestas de futuro garantizadas por la credibilidad del pasado. No vamos a defraudar a la gente y la gente nos votó y no nos votó. Que los representantes entiendan que no son ellos, ni nosotros y que, por el contrario, son los y las ciudadanas quienes nos exigen acordar para crecer.

lunes, 8 de febrero de 2016

Vamos a intentarlo por la gente y para la gente


Miguel Á. Morales
No nos entiende la gente cuando damos la impresión de estar debatiendo por sillones y supervivencias personales. Nos entiende cuando le decimos que no importan los nombres ni los cargos sino para qué los queremos. El PSOE siempre lo ha tenido claro porque es un Partido que garantiza la cohesión de España y la igualdad entre personas y territorios. No somos patriotas de bandera, sino patriotas de la equidad y ahora tenemos, una vez desertó Rajoy, la opción de volver a demostrarlo.

Se equivocan aquellos que crean que queremos gobernar por el poder mismo. El PSOE no va a gobernar a cualquier precio, ni va a prostituir sus principios. El PSOE intentará ser gobierno de progreso y de reformas. Hemos vuelto a salir al rescate de España cuando, los patriotas de pulsera, han hecho todo lo contrario.

El otro día me comentaba una compañera, que el liderazgo no es hacer lo que todo el mundo quiera, sino buscar el mejor camino por el que todos y todas puedan marchar. Hay un matiz importante en todo esto: la ciudadanía quiere soluciones y cuando esas soluciones no aparecen, el escepticismo nos retrata como parte del problema. Pues bien, hemos dado el paso para ser parte de la solución.

En estos momentos, los socialistas debemos detenernos a pensar que al populismo no debemos responderle con lo mismo, que a la corrupción hemos de atacarla y erradicarla definitivamente de las instituciones y a la vez dar un proyecto de país claro. Estamos en ello.
El PSOE, respetuoso con los tiempos, tiene ahora la iniciativa, el liderazgo y la capacidad de sujeto activo y decisivo en todas las transformaciones posibles para que este país salga del estado en el que está por un gobierno oscuro y vacío. Dentro de ese marco, adelante, vamos a intentarlo.

El PSOE no es únicamente importante como fuerza política, sino como garante constante de la convivencia, como generador de acuerdos y como punta de lanza de todas las decisiones que hicieron y harán progresar a este país. Por una u otra razón, la aritmética parlamentaria nos coloca en una situación compleja, con partidos nacionalistas en un nivel de exigencia inasumible y con una derecha corroída por su propia corrupción. Vamos a decir que NO a los dos.

Esa postura queda clara y el PSOE en su totalidad está de acuerdo. Aquí no hay debate. Ahora hablemos de la gente, de lo que necesita para salir adelante como país, con reformas constantes y profundas, con propuestas realistas, sin demagogias ni tacticismos. Hablar de la gente es, como hace el gobierno de Guillermo Fernández Vara, parar desahucios, abrir Urgencias y restablecer becas. Y ahora lo haremos en España.

lunes, 1 de febrero de 2016

Cuando la propuesta es imposición


Miguel Ángel Morales

Aprended a limitar vuestras ambiciones;
es un funesto delirio suspirar por lo que no se puede tener.
Píndaro

La igualdad, la cooperación entre pueblos, la justicia social, la libertad, la convivencia entre diferentes sensibilidades, la idea de un proyecto común de país...constituyen principios que rigen mis ideales, acordes con lo que siempre ha defendido mi Partido, el PSOE.

Es una falacia situarnos en el ala conservadora de nada, aunque la multi-exposición mediática o el interés desmedido de aquellos que quieren ocupar nuestro espacio en la izquierda real, lo intenten. El Partido al que pertenezco, desde la izquierda, es el responsable de la mayor revolución pacífica y de los mayores avances sociales conocidos en la historia de nuestro país.

No voy a enumerar las transformaciones que lideramos, pero sí voy a recordar que debemos seguir liderando los cambios que necesite este país y esos cambios van más allá de nombres, esos cambios requieren altura de miras, generosidad y cualquier cosa menos narcisismo. Si el ego se impone al interés colectivo, ya no es la solución, sino todo lo contrario.

España necesita reformas profundas y esas reformas estarán destinadas a cambiar el día a día de la gente. Por tanto, como militante y dirigente de un Partido que cambió España no puedo aceptar que algunos quieran imponernos criterios o estrategias que, ciertamente, no persiguen el bien común, sino la consecución de un espacio, el del  PSOE, que nos hemos ganado a base de trabajo, lucha e incluso dando la vida muchos socialistas por la democracia, por la libertad, por la igualdad, por la justicia social...

No es tiempo de sobreactuar y quizás, alguno no se haya dado cuenta. La gente está cansada de tanto juego de sillas, la gente está harta de estrategias y la gente se ha dado cuenta de que el ego supera, desmedidamente, el interés común.

Si no somos capaces de encontrar soluciones razonables que no fragmenten el país y que no enumeren enajenaciones, no estaremos a la altura de la ciudadanía. Si, además, ponemos precio a la ambición y damos rienda suelta al protagonismo vacío, la población nos pasará factura y cuando digo nos pasará factura, hablo del sistema en sí mismo.

Estamos jugando con fuego: sillones, plurinacionalidades, silencios y órdagos pueden concluir en delirios mesiánicos y en luchas por el poder, cuando el país necesita del diálogo responsable para construir un tiempo mejor, con un PSOE que no pierda la esencia que le hizo ser protagonista, con el acompañamiento de la mayoría, de los mayores avances sociales de nuestra historia, sin complejos, sin miedos y sin aceptar imposiciones, ni humillaciones de los que aún no han demostrado nada.