lunes, 25 de abril de 2016

Más cerca de Auschwitz que de los derechos humanos


Miguel A. Morales y los refugiaos sirios
El cadáver de una niña de tres años recogida por unos pescadores en sus redes de pesca, no es más que el retrato de la miserable actualidad con la que estamos destruyendo la esencia de lo que, pensábamos, debía ser Europa.

Día tras día, se llame como se llame, muere un niño, muere una niña, mueren seres humanos que huyen de una guerra creada por la ineficacia de las políticas de occidente. Sí, somos responsables de lo que ocurre en gran parte de los conflictos de este mundo.

La avaricia en nombre de una geopolítica putrefacta, nos ha llevado a sostener el horror, por acción o no, por premeditación o no, por negligencia o no, pero con consecuencias nefastas para la construcción de un futuro que ampare el crecimiento desde los valores universales del hombre.

¿Cómo sostener un continente que recibe con piedras, gases y concertinas a mujeres y niños que huyen del odio y el terrorismo que decimos combatir? El cinismo con el que se comportan nuestros gobiernos, más pendientes de los bancos que de la gente, nos ha traído a este mar de injusticias y muerte.

La indignación con la que escribo estas líneas, tiene un alto componente de impotencia. Los que dicen querer el cambio, usan a las personas como trincheras y mientras seguimos sufriendo a Mariano Rajoy y sus políticas deshumanizadoras, aquí, la izquierda de salón se mantiene en sus trece, en atacar a los socialistas y en morder un trozo de lo que ellos consideran el gran objetivo de su estrategia. Así, 2016 será un año borrado de la historia de España, de la historia de la gente.

Si la izquierda, la que busca sostener su sentido y legitimidad en el cambio, no es capaz de llegar a acuerdos, no es capaz de saber que es más importante esa niña de tres años muerta, que el sillón y el juego de tronos al que algunos aspiran, la sociedad percibirá el supuesto cambio como parte del problema y allí, en las urnas, la sociedad ejercerá su castigo.

Es desoladora la potencia con la que se impone la falta de humanidad y las carencias de un continente que se unió para poner a las personas como primer objetivo y que ahora se une para imponer el mandato de los mercados y lo que es más infame aún, para vender seres humanos a Turquía.

Y así, en una parábola destructiva, seremos incapaces de hacer realidad la convivencia con la que, en teoría, nos potenciamos como Unión. No serán más que escombros lo que dejaremos a los que vienen, si la imagen de una niña de tres años muerta se repite, tal y como sucede, cada día.

Mientras estemos s cerca de Auschwitz que de los derechos humanos, no tendremos ni una sola razón para esperar el futuro con optimismo.

martes, 19 de abril de 2016

El PP rompe, Extremadura paga

 Morales en la Asamblea
Ya puede Monago y su cohorte, echar la culpa a la galaxia, a Vara y a los 28 años de gobierno socialista, que la gente, si cambiamos culpas por votos, le echó la culpa a él el pasado mes de mayo.

Recortes, mentiras, marketing  y gestión del dolor de los que menos tienen, fueron algunas de las características del peor gobierno regional de la historia democrática. Inflaban los presupuestos con partidas que nunca ejecutaban, incumplían pagos, aumentaban el déficit y encima tuvieron el mayor número de parados de la historia de Extremadura.

Ahora, cuando ya nos olvidábamos del "Gobex", el gobierno del PP, salpicado por la Gürtel, Bárcenas, los papeles de Panamá, Púnica, Valencia y quince mil historias más de presunta corrupción, viene, y una semana después de aprobar los presupuestos regionales, nos amenaza con el embargo de 50 millones de euros mensuales por, según parece, no pagar en tiempo y forma a proveedores.

Es necesario recalcar que, justamente en los presupuestos aprobados, está la solución del problema que el gobierno en funciones del PP quiere usar en contra de Extremadura. Rajoy, Montoro, Wert y Monago, han destrozado la vida de la gente y el gobierno socialista de Guillermo Fernández Vara ha dicho basta.

En Extremadura no se va a recortar más en la vida de las personas. No vamos a echar un maestro ni a quitar una cama por equilibrar lo que ellos, el PP y sus amigos, han desequilibrado.

En Extremadura, bien o mal, más o menos rápido, hemos ido todos juntos y aquí hay centros de salud en los pueblos, escuelas, rutas escolares y dependencia, a pesar del intento de la derecha por acabar con el estado social.

No nos importa lo que diga la izquierda de salón ni lo que señale con el dedo el responsable de que estemos como estamos. Nosotros, el PSOE, estamos aquí para salir adelante, para que la gente consiga trabajo y para potenciar una marca, Extremadura, que nos sirva a todos y no a un emperador de barro que duró poco porque el barro se desarma.

Ya puede Montoro seguir amenazándonos que Guillermo y su equipo seguirán trabajando para salir del pozo en el que nos metieron estos últimos cuatro años.

Aquí se acabó lo de que la gente pague los platos que otros rompen. Aquí la gente es lo primero y ya es hora de que el PP, Monago, Rajoy y quien se ponga delante de Extremadura, sepa que no nos van a parar.

lunes, 11 de abril de 2016

¿Podemos pensar en las personas?

 Miguel Angel MoralesCuatro meses después, los palos en las ruedas se quebraron y las ruedas comienzan a rodar, despacio, pero con el objetivo de llegar allí donde las personas nos han pedido llegar. La gente quiere que los políticos dialoguen y que los enfrentamientos se aparquen. La política, cuando deja de ser una herramienta transformadora, se convierte en un juego barato para postores sin ética.

Los Presupuestos llegan cuatro meses después porque no se quiso hacer lo que hicimos ahora, que es dialogar y llegar a acuerdos que permitan que el reloj de las soluciones no se pare. Ahora, gracias a la poca visión de algunos, debemos ejecutar en 8 meses lo que era para un año. Y lo haremos.

Puede que el gobierno de Monago se acostumbrara a presupuestar partidas ilocalizables en la realidad concreta y que su estilo fantasmagórico les hiciera creer que esa forma de hacer política era la ideal para un gobierno con más escenario que calle, con más teatro que vida real.

Puede que a Podemos le interese más un terreno embarrado en el fango de las suspicacias, porque no saben lo que es gobernar con lo que se tiene y, aun así, salir adelante. Nosotros, por el contrario, sabemos lo que es modernizar Extremadura desde una gestión que se fue haciendo camino a medida que nos respetaban en España primero y en Europa después.

Extremadura tiene escuelas, hospitales, carreteras, transportes escolares, becas, universidad, centros de salud, bibliotecas, polideportivos... y todo ello, según el bloqueo de algunos, debía quedarse parado porque si nos sentábamos a dialogar, para mantenerlo o mejorarlo, éramos la gran coalición o el pacto de la corrala. Sin embargo, como dialogamos porque es nuestro deber y convicción, hoy tenemos partidas listas para ser empleadas en la gente, porque se trata de eso y no de estrategias electorales.

Nos da igual todo lo que no sea gestionar la región en este momento crítico, no estamos para quejarnos, ni para mentir. Cuando no teníamos estábamos mal, pero ahora que tenemos que mantener lo que hicimos y potenciar lo que necesitamos hacer, gobernar se antoja mucho más complejo. Y no vamos a contestar los desvaríos de un relato sacado de una tarde jugando al parchís con el futuro de las y los extremeños.

Vamos a ir hacia adelante, vamos a salir a la calle y vamos a curar las heridas que aún sangran en la región. Tenemos un reto con los problemas del pasado y otro mayor con los conflictos del futuro. Somos el gobierno y nos toca gobernar para todas y todos. Esto no es un juego, ni un concurso de eslóganes. La gente depende de nuestras decisiones y me permito aconsejar por una vez a los que hablan más de lo que hacen: piensen en las personas.

lunes, 4 de abril de 2016

Construir y tender puentes siempre


Miguel Angel Morales y el diálogo
Uno de los momentos más reconfortantes de la política es reconocer la realidad y plantear soluciones para transformarla sin romper ni desequilibrar el diálogo y la búsqueda de consenso, sobre todo con aquellos que dicen compartir proyectos semejantes desde la izquierda.

Es evidente que no estamos ante una situación fácil. Vivimos situaciones dramáticas, que estamos obligados a resolver, para gente con nombre y apellidos en cada cifra que destinamos, en cada partida que enviamos y en cada nueva puerta que abrimos, para conseguirlo es determinante contar con la herramienta imprescindible que suponen los presupuestos.

Hay evidentes diferencias ideológicas entre los grupos políticos de la Asamblea, pero esas diferencias no pueden, bajo ningún punto de vista, romper los puentes para transitar, oír y encontrar acuerdos. Lisa y llanamente porque únicamente con diálogo podremos construir una Extremadura para todas y todos.

Hay razones de peso para entendernos porque, entre muchas cuestiones, hay que recordar que  los que están esperando los Presupuestos no son únicamente votantes, son ciudadanas y ciudadanos que no merecen inacción porque tienen problemas y estamos aquí para solucionarlos.  Que Extremadura sea siempre lo primero es pensar siempre en las extremeñas y en los extremeños y si pensamos en ellos debemos encontrarnos en el acuerdo.

Bajémonos de los eslóganes y pongámonos a servir a la gente. El conocimiento se adquiere trabajando, escuchando y proponiendo. La nueva y la vieja política se han construido y deben construirse en el diálogo. La confrontación por la confrontación no sirve para nada y mucho menos le sirve a la gente. Demos ejemplo.

Extremadura nos conoce, las y los extremeños saben que un centro de salud, un hospital, una escuela, la oficina de igualdad o la carretera que transitan cada día, requieren un presupuesto para funcionar y necesitan también propuestas de los grupos para profundizar y mejorar el día a día de la gente.

En definitiva, lo que nos debe indignar es que se use a la gente como trinchera para maquillar intereses sectarios, en vez de contribuir a resolver y revertir la situación que el gobierno de Guillermo Fernández Vara se encontró.

Ayudémonos entre todos para  ayudar a ser mejores.  Extremadura no puede ser un pretexto para ningún interés que no sea el colectivo. El PSOE aquí está y seguirá esperando que los partidos ayuden a multiplicar y se den cuenta que hablamos de la gente, no de cuitas internas ni de bandos. Hablamos de la gente.