Se entiende, creedme que se entiende, el rechazo que provoca en la ciudadanía la forma de hacer política que vemos día a día. Números, sobres, millones, corruptelas, negaciones, doble moral, escándalos, tuits recalcitrantes, dimisiones que no llegan, representatividad en desplome, falta de aire fresco y un largo etcétera se mezclan en el sentir de una ciudadanía que está hasta arriba de la inmoralidad de algunos políticos.
Estamos inmersos en una profunda crisis económica, pero también de valores, redundamos en cuestiones intrascendentes para ladesesperación de un pueblo, que se ve al borde del precipicio, mientras el partido que seautoproclamó del empleo, la moral y “de la gente de bien”, nos escupe a la cara sus miserias, nos recorta y nos mete en un mundo lleno de oscuridades, el que mejor maneja el PP de hoy y de siempre.
A Bárcenas lo confirmó Rajoy, lo defendió públicamente, le pagaron su defensa, tenía coche del PP, despacho en la sede de Génova y el presidente del Gobierno, que también lo es del PP, dice que no sabe nada, pero tampoco accede a querellarse contra él. ¿Por qué? ¿Esconde algo la cúpula del PP?
Por su parte, Monago se queda mudo ante la petición de publicar su declaración de la renta y, de golpe, sobreactúa y se dedica al marketing, a la propaganda, a la mercadotecnia, mientras cada vez más extremeños y extremeñas se quedan sin empleo y sin futuro, no habiendoninguna iniciativa por parte del “gobierno de los mejores”, para acabar con el drama del paro. En Extremadura, el goteo no cesa en ninguna de sus provincias, pero Monago y supalmero cacereño de la inversión tardía, no cambian el rumbo, ni escuchan, porque contrarreloj, han venido a acabar con todo.
No podemos permitir la doble moral de un partido que intenta repartirse el Estado junto a sus amigos, conocidos, dueños de negocios privados, que abarcan desde la sábana de un hospital, pasando por la comida y llegando a los medicamentos que ofrecen; todo es mercancíapara los neoliberales del PP. La ciudadanía está harta de que gobiernen para ellos mismos y llamen reformas necesarias al botín del que quieren apoderarse.
Es hora de exigir responsabilidades en todos los ámbitos pertinentes y se deben ir los que nos están llevando a un camino sin retorno, a un camino sin futuro. Sabemos que intentarán aguantar hasta el fin de sus días porque creen que su destino es sostener la vela que les toque, no a España, no a Extremadura, no a Cáceres.
La prioridad es clara para el PP: primero ellos, segundo ellos y tercero ellos. Ya lo dijeron en su día: “dejad caer España que ya vendremos nosotros y la salvaremos”, la salvación que entienden, que no es otra que el negocio y el enriquecimiento a costa del esfuerzo de la mayoría.Bárcenas está en ello, ¿verdad?
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