Por Miguel Ángel Morales.-
Cuando parece que estamos al límite, sin capacidad de soportar otro ataque destructor más a nuestros derechos, sobrepasando el sentimiento de indignación ante tanta corrupción para caer en un abismo de incredulidad insospechada, llegan voces que nos devuelven a la realidad de la inmensa mayoría, la de la ciudadanía, la de quienes no soportan más los vaivenes de una política privatizadora de derechas que no se creen, ni siquiera, quienes la dictan bajo el rodillo de una mayoría ya cuestionada.
Cuando parece que estamos al límite, sin capacidad de soportar otro ataque destructor más a nuestros derechos, sobrepasando el sentimiento de indignación ante tanta corrupción para caer en un abismo de incredulidad insospechada, llegan voces que nos devuelven a la realidad de la inmensa mayoría, la de la ciudadanía, la de quienes no soportan más los vaivenes de una política privatizadora de derechas que no se creen, ni siquiera, quienes la dictan bajo el rodillo de una mayoría ya cuestionada.
Son esas voces las que los socialistas
tenemos que escuchar y son esas personas que claman justicia, con las que los
socialistas tenemos que estar. Voces como la de Ada Colau, representante de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que escuchábamos hace unos días en el
Congreso. Colau reprochaba a los partidos, de no caer en la cuenta del grave drama
social hasta muy tarde, y contestaba, enérgicamente, a las palabras del
representante de la Asociación Española de la Banca, que tildaba el sistema hipotecario
de “eficaz”.
Quizás este representante de la banca no
se haya enterado de que hay personas que se han quitado la vida a consecuencia
de la "eficacia" de un sistema que está dejando en la calle a miles de familias
que, además de perder su trabajo, tienen que seguir pagando la hipoteca de una vivienda
propiedad ya de los bancos. Quizás no se haya enterado bien de estos dramas consecuencia
de tanta “eficacia”.
El tremendo abismo entre el Gobierno y la
ciudadanía tiene que hacernos reaccionar con contundencia y sensatez. Con la
misma contundencia y sensatez que encontramos en la gente, en ciudadanos y
ciudadanos que están sufriendo, para quienes la igualdad es una ilusión y se
encuentran al límite de su capacidad. Es ahí donde los socialistas tenemos que
estar y gritar que no nos engañen con tardías ayudas al autoempleo prometidas por
Monago. Nadie va a crear una empresa si no hay consumo, primero es necesario
incentivar el crecimiento económico.
Que no nos engañen cuando los datos del desempleo
en la provincia de Cáceres alcanzaron, en el mes de enero, las 53.170 personas.
Son con estas personas con quien tenemos que estar, con las que no tienen
prestación alguna, 15.600 personas, y con las que sobreviven con 426 euros, más
de 24 mil.
Que no nos intente engañar el señor
Monago desviando la atención, anunciando proyectos tardíos en vez de afrontar una
realidad tras la cual se esconden verdaderos dramas humanos.
Lo peor de todo es que mientras lo que relatas sucede a diario, el señor presidente se dedica a hablar de reformas de la ley electoral que su partido no apoya y cosas por el estilo. Cuando un político se aleja de la realidad de la gente, se convierte en un problema...
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