miércoles, 18 de marzo de 2015

El PP extremeño se avergüenza de sí mismo


Escarapelas
Son profesionales avispados en el cinismo. Cautelosos constructores de una sintaxis que aspira a tapar el sol con un dedo, el bosque con un bonsái, la realidad desesperante de miles de extremeños con vallas promocionales que pagamos todos.
Te puede gustar más o menos 50 sombras de Grey, pero el tráiler que la precede, el de Monago corriendo -más bien huyendo de la verdad- es una intromisión desagradable en nuestro espacio y tiempo de ocio, un espacio usurpado como si volviéramos a épocas del NO-DO.
Ese vídeo, que no sabemos quién paga, intenta mostrar una realidad que no es la que viven los extremeños, es la realidad de alguien que quiere mantener el poder a costa de todo y todos, por eso no es sorprendente que intenten tapar la realidad con un relato de ficción plagado de mentiras que buscan ocultar la auténtica y constatable situación cotidiana de la gente y han llegado a la conclusión de que si la marca PP se visualiza pierden votos y de que si las gaviotas aparecen, la gente huye.
Es tal la vergüenza que se tienen a si mismos que han cambiado su marca por una escarapela con los colores extremeños. Manchan el sentimiento de pertenencia de una población, la extremeña, que ha hecho del respeto, el trabajo y la humildad los cimientos del progreso que ha conseguido. Ahora, el PP ya no es PP, sino Hacemos,  optando por esconder su marca impregnada de Gürtel, paro, desigualdad y corrupción, detrás de los colores de Extremadura.
Por suerte el valor de Extremadura son sus gentes, la honradez con la que se enfrentan a la vida cada día y la dignidad con la que están campeando este temporal que amenaza con hipotecar el futuro de las generaciones que vienen y de las que ya están aquí.
Monago nos ha avergonzado mintiendo cada día, haciendo de la mentira su ideario político, nos ha avergonzado mostrándose como víctima cuando iba a Canarias de cachondeo y a costa de nuestro dinero, nos ha avergonzado insultando a Andalucía y a los andaluces. Monago ha dado tanta vergüenza que intenta escapar de sí mismo, de la Gürtel, de los sobresueldos, de la persecución a los trabajadores, de la indignidad con la que tratan a las mujeres. Y es tanta la vergüenza que siente, que le han aconsejado esconderse y confundir, mintiendo, una vez más, a la gente.
No, la chapa que reparte no es la insignia de Extremadura, sino la nueva máscara en la que presentar sus falsedades y su chulería. Su Hacemos no es producto de obras para el servicio de la gente, sino imágenes y datos trucados que intentan engañar, de nuevo, a la ciudadanía. Ya es tarde para Monago y su PP. Comienza una nueva época para la gente, de la gente y con la gente. Las consignas no gobiernan. Los hechos sí. Mentira o verdad, deshonesto u honesto. La gente ya sabe quién es quién y Monago subido en la mentira cabalga en la deshonestidad, pero sus días -como Presidente- están contados.

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