viernes, 10 de julio de 2015

Tiempo de resumir sentimientos y de vivir para la gente


Guillermo Fernández Vara y Miguel Ángel MoralesNo fue fácil. Cuando asumí la Secretaría General del PSOE de la provincia de Cáceres habíamos perdido la Junta de Extremadura y la Diputación, nos separaban 20 mil votos del PP provincial y la militancia estaba desanimada, incrédula y a la vez necesitada de proximidad. Era tiempo de fuga y caídas al vacío, de desesperanza y de olvido. Poca gente recordaba que cada piedra levantada en Extremadura tenía la autoría de un socialista.

En mi discurso congresual me comprometí con la militancia a la renovación necesaria en las listas de la Asamblea, Diputación y a no acumular en una persona cargos de relieve. Hoy puedo decir que he cumplido con mi palabra, al fin y al cabo, mi única medida ante el juicio del tiempo y de la gente. Pude equivocarme y seguro que podré equivocarme, pero hoy estoy tranquilo con mi conciencia, con la militancia y con mi equipo que ha convertido un proyecto político en una realidad colectiva.
La oposición es muy dura aunque para alguno haya sido el pretexto definitivo para vagar en la intrascendencia. La gente exige al PSOE más que a nadie porque nuestra acción debe estar acompañada por una carga ética sin fisuras. ¡Cómo no va a exigirnos si fue el socialismo quien dignificó a Extremadura!

Estar a la altura de nosotros mismos es estar a la altura de la ciudadanía, haciendo kilómetros, escuchando críticas, comprometiéndonos con el dolor y cumpliendo lo que propusimos hemos sido capaces que, como en su día dijo Guillermo, “la sociedad vuelva a sintonizar radio PSOE”.

Y cuando sentí el palpitar de los corazones en la plaza pública delante de la Asamblea de Extremadura, el día de la toma de posesión de Guillermo, supe definitivamente que lo habíamos hecho, que no somos más que la punta de lanza de la esperanza de toda Extremadura y que vamos a cumplir con las expectativas porque hemos vuelto a ser nosotros mismos.

Es un tiempo de mujeres, pero sobre todo es el tiempo de la gente, es el tiempo de la generosidad, de la igualdad y la desaparición de las vanidades. Quien no lo entienda, sobra. Aquí, entre nosotros, están esperando que se abran las Urgencias, que abaratemos los libros de texto y que construyamos las condiciones para que todos y todas puedan dignificarse a través de un derecho inalienable como es el trabajo.

Hay muchos retos por delante, pero tenemos muy claras nuestras prioridades y las formas para atender cada reclamo ciudadano, cada crítica y cada reproche. Las puertas de la Asamblea están abiertas para el pueblo y el Partido que represento tiene todas las herramientas para construir consensos desde el respeto de las posiciones y buscando el bienestar de todos y de todas en cada una de sus acciones. Hemos llegado para compartir un espacio de decisiones y nadie se quedará en el camino. Es nuestro compromiso, la gente.

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