sábado, 19 de marzo de 2016

Las poses y un puñado de votos

 Miguel A Morales
Es lícito aspirar a cambiar el mundo y querer asaltar el cielo, aunque no sea volando. Lo que no es asumible ni coherente con esa supuesta constante vital transformadora, es anteponer los intereses estratégicos a las posibilidades reales de cambio, un cambio que, liderado por el PSOE en Extremadura, levanta ampollas en los adalides de lo "nuevo", cuando en realidad juegan a bloquear, pero con la ciudadanía como barricada.

No es casualidad el lenguaje belicista de quienes difícilmente hayan asomado la nariz a las profundidades más lejanas de nuestra región. El relato que componen, intenta boicotear la realidad y las soluciones que presentamos los socialistas; juegan a la épica del videojuego con roles estructurados a partir de intereses estratégicos sectarios y directrices de obligado cumplimiento del líder único.

Día tras día escucho que han traído la regeneración a la Asamblea, cuando ocupan una mesa porque el PSOE creyó que debía ser así y no por imperativo legal, ni mucho menos electoral. Hoy las cuentas se aprueban en una mesa con representantes de todos los partidos cuando hasta hace poco esas mismas cuentas sólo se informaban. Nuestra paridad en el gobierno, además, nos muestra como lo que somos, una organización que apuesta por las realidades y no por los escapismos de una narración que nada tiene que ver con las situaciones que intenta recrear. El PSOE invierte en la gente y no se vale de la gente.

El cambio hacia la izquierda, en Extremadura, sólo se lleva adelante con el esfuerzo y el diálogo de un gobierno que se ha encontrado con dificultades, pero que las está sorteando con dedicación y esfuerzo. No seremos moneda de cambio de ninguna negociación en ningún lugar. Extremadura se ha hecho a sí misma dando mucho sufrimiento a este país, como para dedicarse a sostener veleidades de quienes creen que la vida de la gente es un juego televisado. Ya está bien de mentir a la ciudadanía y de ofrecer el cielo a cambio de tópicos, consignas y eslóganes.

Eso sí, a la hora de ponerse a trabajar y de intentar ayudar a que Extremadura tenga un mejor Presupuesto, deciden dar un paso atrás y no mojarse ante la realidad concreta de los números que deben cuadrar para que esta región avance sin saltar por los aires.

No es nueva política, ni la juventud de sus caras está a la par de sus aportaciones reales. Sólo quieren el espacio del partido que más se parece a la gente, del partido que puede gobernar para sus votantes y para todos los ciudadanos, del partido que no ve enemigos en el diálogo, de un partido que trabaja y expone sus respuestas, el PSOE.  

Aquí estamos y nos echamos a los brazos de la vida cotidiana para cambiar lo malo y potenciar lo bueno. No vivimos de las poses ni auguramos fundaciones de lo nuevo, cuando en realidad lo único que tienen de nuevo es la ambición que, día a día, muestran boicoteando no al PSOE, sino a los y las extremeñas. Sabrán por qué lo hacen, pero desde luego no es para que la gente viva mejor. La pose se llama "por un puñado de votos”.

Izquierdas que trabajan e izquierdas que hablan


Miguel Angel Morales y los Presupuestos
Hay veces que debatir con representantes de otras fuerzas políticas es un ejercicio de paciencia, porque aunque todos buscamos soluciones para la gente, algunos, recién llegados, quieren imponer verdades absolutas basadas en discursos teóricos,  mientras descalifican resultados conseguidos.

No es una cuestión de buenismo aspirar a que los puentes tendidos hacia otras formaciones políticas den sus frutos, es un simple ejercicio democrático para construir consensos de cara a la felicidad de las personas. La política, una herramienta que vive de la acción o de lo contrario desfallece, es una disciplina que por encima de cualquier intención, subrayo, busca la felicidad de la sociedad.

Sin embargo, hay quienes no se escapan de las consignas y favorecen un diálogo falaz y aspirante a hacer de la robótica discursiva el único modo de relación. Mientras los compañeros y compañeras de la provincia, van pueblo a pueblo peleando por nuestro modelo rural como eficaz método de cohesión territorial y garante de igualdad, los que nunca han visitado un pueblo ni conocen cómo funcionan los servicios en cada uno de los municipios, creen que enmendando totalidades del Presupuesto favorecerán a que la gente crea en la gran coalición.

Pareciera que la nueva política, la que se quiere situar al PSOE en esa presunta gran coaliciónutiliza a la gente como trinchera política, para favorecer estrategias que acompañen los intereses de la megalomanía del hombre que se pone a sí mismo en los carteles para saludar a las mujeres en su día internacional.

Deciden, los adalides de las consignas y de las pancartas ventana abajo, que las extremeñas y los extremeños no sólo no merecen un Presupuesto regional, sino que tampoco merecen el trabajo para el que los han elegido. Es lamentable, pasar sin pena ni gloria y sin proponer mejoras a los Presupuestos que dedicarán 6 de cada 10 euros a la inversión social.

Encantar serpientes repitiendo eslóganes, no hará que la oficina de igualdad de una mancomunidad al servicio de la gente, mejore sus servicios. Repetir consignas sobre la imaginaria gran coalición, no hará que seamos capaces de incorporar más docentes al sistema educativo y por supuesto que levantar el puño, pero votar en contra de exigir al gobierno de Rajoy que nos ayude en la lucha contra el camalote, tampoco beneficiará a un solo extremeño.

Mirad, no soy de sacar pecho por el cumplimiento de las obligaciones que nos encomendó la ciudadanía, porque es nuestra obligación, pero creo que ejercemos de la manera más humana posible nuestro sentido de la solidaridad y el trabajo, estudiando cada posibilidad de mejora para todas y todos. No nos importa si es de un Grupo o de otro, lo que nos importa es Extremadura y Extremadura tiene un gobierno y un Partido de izquierdas que trabajan juntos por la gente y otra fuerza de izquierdas que habla y lanza consignas, pero a la hora de plasmar la ideología en números, se cruzan de brazos.

lunes, 14 de marzo de 2016

Construir la izquierda no es bloquear el cambio

 Miguel Ángel Morales 
Después de cuatro años de Mariano Rajoy  y su decadente impostura final, lo lógico era encontrar soluciones conjuntas para, como representantes de la mayoría social constituida en el arco parlamentario nacional, transitar hacia otra época construida a partir de grandes acuerdos en políticas de estado y propuestas concretas para afrontar los problemas reales que tiene la ciudadanía después de estos años de políticas neoliberales impuestas por la derecha.

Poco de todo esto ha ocurrido. La gran trinchera de la lucha estratégica, las operaciones de marketing y el postureo político, hacen que los españoles asistamos atónitos y con incertidumbre, a la escenificación de un teatro marcado por la catadura moral de algunos. ¿Esto era la nueva política?

Da vergüenza ajena ver y oír el batiburrillo de algunos que plantean el Congreso como un plató de televisión con un prime time como objetivo sagrado. La banalización del discurso y la pornografía de la búsqueda de notoriedad, sólo contribuirá a que la gente se harte aún más de la política que, lejos de solucionar los problemas que la ciudadanía tiene, ahuyenta inversiones y nos sume en un mar de dudas mientras se desintegran unos y odian otros.

Pensaba que los nuevos llegaban para poner el hombro y no el insulto, creía que los que señalaban el cielo de las reformas iban a demostrar más nivel del que en realidad tienen. Y cuando digo nivel me refiero a todos los aspectos que debe tener un representante público, alejado  del eterno carnaval de las gracias que sólo le ríen los suyos.

¿Alguien cree que España ganará algo con seis meses de inmovilismo? ¿Piensan que la gente que necesita respuestas puede esperar un minuto más? ¿Creen algunos que bloqueando los cambios se construye la izquierda o, por el contrario, sólo les importa un voto más, un diputado más e intentar hundir a un partido con casi 137 años de historia?

Lo nuevo no acaba más que arrancar y ya comienzan a evidenciarse síntomas de hastío entre la población. Si la revolución de lo nuevo no ha nacido y ya cansa, lo que nos espera es aún más descarnado, porque las miserias humanas afloran más que nunca cuando la ambición es repartirse los despojos.

No, la izquierda no se construye bloqueando. Se construye desde las convicciones y apostando, más que nunca, por la gente. Claro que, algunas élites roban a la gente y otros las desprecian aunque apelen a ella como leitmotivDejad los salones y salid a la calle, dejad las consignas y aprended a hablar de gobernar. Escuchad, sentid el latido de las necesidades de la gente que no tiene niñeras en la puerta del Congreso. Así y sólo así seremos capaces de construir hacia la izquierda el país que necesitamos.

lunes, 7 de marzo de 2016

Los Presupuestos son de Extremadura


Miguel Ángel Morales y los Presupuestos de Extremadura
Nadie, absolutamente nadie que quiera presentarse ante la sociedad como alternativa incluyente de gobierno, puede hacerlo desde el sectarismo. Los dogmas y las marcas de sangre son cuestiones de las religiones y las dictaduras. La política es transversalidad para incluir, no como simple estrategia coyuntural.

Digo esto porque no seremos capaces de construir un futuro mejor si no estamos dispuestos a oír, a ceder, a acordar y también a defender un camino de integración, progreso e igualdad. En este sentido, conversar y llegar a acuerdos puntuales –las totalidades no existen- con diferentes fuerzas políticas, sobre todo con aquellas que dicen compartir desde la izquierda, es imprescindible para dotar a Extremadura de unos Presupuestos sociales.

Hemos aprendido de nuestros errores y hemos sabido rectificar para contribuir a que la Asamblea de Extremadura sea, hoy más que nunca, la casa de todas y de todos los extremeños. Estamos ante un reto esperanzador y ese reto se debe encarar con respeto y decisión, con soluciones y abiertos a las críticas y aportes de otros partidos políticos.

Extremadura habló claro. El 42 por ciento de la población decidió que Guillermo Fernández Vara y el PSOE era la mejor opción de las expuestas en mayo de 2015. Nuestro argumento es estar cerca de la ciudadanía y plantear un camino que rescate a la gente, que recupere derechos y servicios y que genere empleo de calidad. Será un trabajo arduo pero sin Presupuestos, sería imposible.

Sin embargo, algunos se mostraron más cercanos a las órdenes que venían de Madrid que a las necesidades de Extremadura, pero la gente nos espera aquí y para el gobierno socialista sólo importan las personas y los servicios que debemos hacer llegar a ellas.

La situación económica no es buena, pero tampoco una excusa. Estamos aquí para resolver y cumplir lo mejor que sepamos todo aquello que recogíamos en las medidas de la Agenda del Cambio. Vamos por el buen camino a pesar de todo. En la web extremaduracumple.es vemos que el cumplimiento está por encima del 70 por ciento.

Estamos convencidos que vamos a seguir avanzando, pero para avanzar necesitamos de todos y de todas, de la riqueza y la generosidad de otras fuerzas políticas porque si de verdad nos importa Extremadura, no tenemos otro deber que el de defender sus intereses, sea del color que sea el gobierno de Madrid.

Los socialistas hemos aprendido de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y de Guillermo Fernández Vara, que lo primero es Extremadura, la rural y la urbana, la que tiene y la que no tiene. Así pues, sólo trabajaremos para ello sabiendo y entendiendo que no son los Presupuestos del PSOE. Son y serán siempre, los Presupuestos de Extremadura.