viernes, 31 de enero de 2014

Defender la vida es combatir la Ley Gallardón


Contra la Ley Gallardón -PSOE provincia Cáceres-

El PSOE de la Provincia de Cáceres iniciará en breve una campaña para explicar las consecuencias de la nefasta Ley Gallardón apoyada por el voto favorable de Monago y su gente, que se valieron de su mezquindad democrática –expulsar injustamente al Diputado Osuna- para ganar una votación que nos llena de vergüenza a la inmensa mayoría de la ciudadanía extremeña.

El PP, sabiendo que perderá las elecciones europeas, ha decidido aplazar un tema, que lo retrata como mano ejecutora de la curia más reaccionaria, hasta después de los comicios. Su voluntad es callar el asunto ahora, para volver a la carga después de mayo y evidenciar de nuevo su desprecio por las libertades y los derechos individuales, en este caso, el derecho a decidir de las mujeres.

Nosotros iremos al núcleo del tema y daremos batalla para que todas las ciudadanas de este país no vuelvan, de un plumazo, al medievo, a los tiempos de la inquisición y, sobre todo, para evitar que pongan en peligro sus vidas con intervenciones al margen de una ley digna del más ferviente seguidor de la doctrina franquista.

Porque defender la vida es defender la conciencia de las que han de decidir y no perseguirlas hasta volver a poner en nuestro léxico la palabra clandestinidad. Es lamentable que para satisfacer a su electorado más radical, Rajoy, Gallardón y Monago impongan que el legítimo derecho a decidir de las mujeres deba desaparecer y que por tanto obliguen a asumir, con la amenaza penal, la doctrina de un partido ultraderechista destrozado por tramas inmorales y falsedades permanentes.

El PP vive de la ficción que se imaginan y fabrican sus asesores de imagen y del dinero que destinan para ocupar portadas y fabricar esa ficción alejada de la realidad de la gente. A los socialistas, movidos por una fuerza transformadora hacia el progreso, nos subleva el simple hecho de pensar en un país con leyes que segregan y criminalizan un derecho que -pensábamos- era intocable.

Vamos a seguir liderando la resistencia a este gobierno, en cuanto perseguidor de derechos fundamentales y continuaremos concienciando a la ciudadanía de la necesidad imperiosa de dar un cambio definitivo a políticas que son propias de un  régimen integrista y antidemocrático e impropias de una sociedad moderna, europea y humanista.

Defenderemos y lucharemos, hasta las últimas consecuencias, por la libertad, por los derechos individuales y por el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Vamos a ir hasta el final, hasta, como decía Rafael Albertienterrarlos en el mar.

#AbortoClandestiNO

viernes, 24 de enero de 2014

Gobernar para restaurar la Sanidad Pública Universal



Entre los múltiples logros de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara al frente del proyecto socialista en Extremadura, quiero destacar hoy,  como fueron capaces de hacernos pasar de las “igualas médicas" a una Sanidad Pública que fue considerada por los usuarios la segunda mejor de España

El liberalismo económico, aplicado de forma tan ortodoxa por Rajoy y Monago, viene soñando con el fin de las ideologías desde hace casi tres décadas. A la par de sus alabanzas al "señor mercado"  lanzan campañas de desprestigio de lo público constantemente y buscan excusas para privatizar todo aquello que reporte beneficios a los suyos y a lo suyo, asistiendo hoy al mayor ataque en la historia contra el principio de igualdad de derechos y oportunidades de los ciudadanos.

Hoy, el sueño liberal-reaccionario cree haber tocado el cielo con las manos, porque Rajoy en España y Monago en Extremadura, aplican a rajatabla las directrices del "orden superior" y contribuyen, con demagogia también, a la destrucción de un pilar fundamental del Estado del Bienestar, la sanidad pública, que se ha convertido en uno de los objetivos apetecibles por el mercado y que los cómplices del fraude electoral más grande de la historia democrática del país, quieren convertir en negocio privado.

Han cerrado Urgencias, han metido la mano en el bolsillo de los pensionistas con el copago, vacían de suministros los hospitales públicos, como el bochornoso caso de los pañales del hospital de Plasencia, proliferan los problemas estructurales en quirófanos, es patente la falta de personal, establecen el copago farmacéutico hospitalario y ahora retiran la tarjeta sanitaria, el derecho a ser atendidos, a quienes lleven 90 días fuera de España lo que es cínico e inhumano, carente de la más mínima compostura y una medida que hace que Margaret Thatcher quede desdibujada como inspiradora del neoliberalismo moderno en comparación con quienes gobiernan España y Extremadura hoy. Los inmigrantes primero, ahora los emigrantes expulsados de sus casas por las políticas del PP y la ciudadanía en general somos víctimas de Rajoy, de Monago y de la política neoliberal del PP en un ámbito fundamental de la vida de la gente, la sanidad.

Para los socialistas, el Sistema Público de Sanidad es uno de los pilares donde descansa la paz social, el principio de igualdad, la cohesión entre individuos y el humanismo más elemental. Que debamos aclararlo ahora y comprometernos con su restauración y potenciación, habla a las claras del tipo de gobierno que tenemos hoy en Extremadura y en España. Nuestro deber es reconstruir, y lo haremos.

viernes, 17 de enero de 2014

Gobernar para recuperar los derechos



La situación de España que es la que es, con una crisis económica que ha servido como pretexto para desgastar lo público, para cambiar el modelo y para expulsar del sistema de protecciones sociales a millones de personas exiliadas fuera y dentro de nuestro territorio, está llevando a la ciudadanía a situaciones límite.

Mientras estemos en la oposición seguiremos liderando la resistencia y poniéndole forma política al reclamo de la inmensa mayoría ciudadana, pero el PSOE tiene la difícil y apasionante tarea de edificar una mayoría social, que contemple a todos los progresistas sin excepción tal y como venimos defendiendo desde hace tiempo.

En contra de los que muchos creen, no se trata de hacer cuentas electorales y consensuar según los porcentajes de poder en el Congreso o la Asamblea. No, la singularidad de esta crisis nos ha enseñado que cada reforma, cada transformación, cada esperanza que llevemos a la sociedad, debe estar arropada y respaldada por la España progresista que representamos los socialistas sí, y también con mucha más gente que a su vez puede y debe articular su trabajo para hacer del sistema la máxima representación de la honradez y de la cohesión social.

Con 140 diputados o 186 da lo mismo. Si gobiernas sólo con una coyuntura matemática, sigues dando la espalda a miles de ciudadanos que pueden rechazarte si no les escuchas y como aspiramos a sentar las bases de la España para las próximas décadas, necesitamos ser parte de un todo de izquierdas.
Desde la ecología a la educación laica, desde el empleo a la libre decisión de cómo y cuándo parir, desde la libre expresión a la subvención de medios, desde los nuevos modelos de ciudad al patrimonio rural y natural, desde la seguridad pública a la defensa de los derechos individuales...todas y cada una de las parcelas han de ser dialogadas y acordadas en un Parlamento abierto, moderno, transparente y renovado en cuanto a su cercanía con la sociedad, para que la sociedad se vea así misma allí dentro.

Los socialistas, comprometidos con la gente como siempre hemos hecho, vamos a liderar la nueva transformación del país, de la región y de la provincia. Lo haremos con los valores de siempre, pero con un marcado compromiso con el futuro y con el principio de igualdad real de la ciudadanía.
Por tanto, el primer paso de nuestros futuros gobiernos, irán sin ninguna duda en la dirección de recuperar los derechos sociales y restaurar la paz social, lo que nos ayudará a avanzar hacia un progreso sostenible, permanente y para la inmensa mayoría. Una vez pudimos hacerlo y volveremos a conseguirlo tod@s junt@s.

viernes, 10 de enero de 2014

Nos empezamos a jugar el futuro



Ni que decir tiene que una bajada real del desempleo es siempre una buena noticia. No obstante, de allí a afirmar que es un “sueño” trabajar en condiciones infrahumanas, doce horas por 400 euros, pienso que, por cínica, la lindeza de Rajoy no es menos sorprendente.

Una bajada real del desempleo sería, como decía antes, una evidente causa de satisfacción colectiva, si las condiciones respetaran los derechos laborales que se le supone a un país europeo del siglo XXI y no fuera producto de una reforma laboral que nos aboca a relaciones de trabajo esclavistas, carentes de humanidad y solvencia en el tiempo.

En el franquismo existían los del exilio de fuera y los del exilio interior. Para los gobiernos de Rajoy y Monago tales categorías vienen como anillo al dedo. Ochenta y cinco mil españoles dejaron de estar afiliados a la Seguridad Social y otros tantos de miles de jóvenes se han exiliado en una búsqueda desesperada por un futuro que la política del PP les niega. Los seis millones de parados reales, según el INE, que hay en nuestro país, esperan una oportunidad justa de desarrollo individual para ellos y sus hijos, que ni Rajoy ni Monago les saben dar.

No hay forma de entender la astrología desesperada de un gobierno que continúa empujándonos hacia una sociedad irrespirable, cada vez más desigual, carente de justicia, donde la impunidad brilla en las sensaciones diarias de la ciudadanía y donde quieren imponer un modelo que reniegue del desarrollo social como cohesión.

De nada nos vale vivir en un país que cuando crezca, si crece según este modelo, lo hará abriendo la brecha entre ricos y pobres, entre escuela pública y privada, entre hospital público y privado. Si las bases de cualquier progreso matemático no tienen su correlación en la igualdad de oportunidades para sus ciudadanos, seremos simples súbditos agradecidos por el “día de las limosnas” al que, el monarca de turno, nos relegará como pobres súbditos de una corona decadente.

En el año que comienza, tenemos el reto de contribuir, con ideas, proyectos y un marcado afán constructivo, a que sea real el deseo de la gente de construir una sociedad basada en la igualdad, recuperando el valor del Estado como garante de lo público, de la justicia social, de la equidad, del desarrollo social, de las libertades individuales, en definitiva un Estado donde la ciudadanía sea la razón, el fundamento y la justificación del mismo.

La labor es ardua y es en cada uno de nuestros pueblos y ciudades donde nos empezamos a jugar el futuro y ahí estaremos, con la gente, cambiando el destino que nos quieren imponer, para volver a reconstruir una sociedad basada en el principio de igualdad y donde el desarrollo social sea el referente que marque el camino.